Los derivados son instrumentos financieros cuyo valor depende del valor de un activo o índice subyacente. Los derivados se utilizan con diversos fines, como la gestión del riesgo, la cobertura, la especulación, la gestión de carteras y las oportunidades de arbitraje.
Los swaps y los futuros son dos de los derivados más discutidos. Los swaps y los futuros son muy diferentes entre sí y se utilizan en escenarios distintos.
El siguiente artículo ofrece una explicación clara de cada tipo de derivado, mostrando en qué se parecen y en qué se diferencian de los demás.
Swap
Un swap es un contrato entre dos partes que acuerdan intercambiar flujos de caja en un momento determinado del futuro. Los inversores suelen utilizar los swaps para cambiar sus posiciones en un activo sin liquidarlo. Por ejemplo, un inversor que tiene acciones de riesgo en una empresa puede cambiar los dividendos por un flujo de renta fija con menor riesgo sin vender las acciones de riesgo. Hay dos tipos comunes de swaps: los de divisas y los de tipos de interés.
Un swap de tipos de interés es un contrato entre dos partes que les permite intercambiar pagos de intereses. Un swap de tipo de interés corriente es un swap de tipo fijo en el que los pagos de intereses de un préstamo de tipo fijo se intercambian por pagos de un préstamo de tipo variable. Un swap de divisas se produce cuando dos partes intercambian flujos de pago en diferentes monedas.
Futuros
Un contrato a plazo compromete a un comprador a comprar y a un vendedor a vender un activo específico a un precio determinado que se entregará en una fecha predeterminada. Los activos comprados y vendidos pueden ser mercancías físicas o instrumentos financieros. Los contratos de futuros se estandarizan para que puedan negociarse en una bolsa.
La probabilidad de impago es muy baja porque los contratos de futuros pasan por una cámara de compensación, que garantiza la ejecución de la transacción por ambas partes.
Los futuros se cotizan diariamente en el mercado, lo que significa que la liquidación se produce diariamente y si el margen es inferior al requerido, se realiza una llamada para que la cuenta alcance el margen requerido.
Los futuros pueden liquidarse mediante entrega física o mediante pago en efectivo.
Los contratos de futuros suelen utilizarse para cubrir el riesgo y especular con los movimientos de los precios para obtener un beneficio. Las grandes empresas utilizan los contratos de futuros para protegerse del riesgo de las fluctuaciones de los precios, y los comerciantes utilizan los contratos de futuros para especular con los movimientos de los precios y obtener beneficios.
Swaps vs futuros
Tanto los swaps como los futuros son derivados, que son tipos especiales de instrumentos financieros que derivan su valor de un conjunto de activos subyacentes.
Los futuros se negocian en una bolsa y, por lo tanto, son contratos estandarizados, mientras que los swaps se suelen negociar en el mercado extrabursátil, lo que significa que pueden ser más individualizados y satisfacer mejor las necesidades del inversor.
Otra diferencia importante entre ambos es que los contratos de futuros exigen el depósito de un margen y el operador puede exponerse a un requerimiento de margen si éste cae por debajo de los requisitos. La ventaja de los swaps es que no hay requisitos de margen
Diferencia entre swaps y futuros
- Tanto los swaps como los futuros son derivados, es decir, tipos especiales de instrumentos financieros que derivan su valor de un conjunto de activos subyacentes.
- Un swap es un contrato entre dos partes que acuerdan intercambiar flujos de caja en un momento determinado del futuro.
- Un contrato de futuros compromete a un comprador a comprar y a un vendedor a vender un bien específico a un precio determinado que se entregará en una fecha predeterminada.
- Los contratos de futuros se negocian en una bolsa y, por lo tanto, son contratos estandarizados, mientras que los swaps se suelen negociar en el mercado extrabursátil (OTC) y se pueden personalizar para satisfacer requisitos específicos.
- Los contratos de futuros exigen el pago de un margen y existe la posibilidad de que el comerciante tenga que cubrirlo si el margen es inferior a los requisitos, mientras que los swaps no exigen el pago de un margen.